Las aguas de la poesía son felizmente impredecibles. A veces fluyen en un manso arroyuelo en el que se concentra la indagadora quietud, y otras se arremolinan en el torrente más desbocado, con ansias de arrastrar cuanto pedestre hallan a su paso. Tal sentir palpitó en nuestra segunda tertulia “Hacia todos los vientos”, que contó con dos pulsos intelectuales singulares en su definición. Ricardo Mahnke, experimentado cineasta, escritor, productor musical y un apasionado de las transformaciones revolucionarias evocó sus afanes desde que transitó como un camino natural del formato literario a la magia del celuloide. Adianys González Herrera, joven escritora e investigadora, doctorante por la UdeC y por la Universidad de Granada dialogó sobre la maternidad migrante y sus retos permanentes. Desde el público, criterios como los de Liany, Nicole o Francisco movieron a la visión de nuevos horizontes en la certeza de que las buenas hogueras siempre necesitan de muchos leños.
CREAR MUNDOS, HACER RESISTENCIA
Crear mundos, descifrar misterios, viajar en el tiempo, tomar un lugar y usar el arte para decir algo, para conmover… Con tales presupuestos el cineasta Ricardo Mahnke confesó que cuando escribe o produce o filma en el fondo está haciendo una misma cosa: resistencia al sistema, para transformarlo.
No me interesa ser famoso o tener mucho dinero, sino sorprender, hacer la revolución, respondió el artista ante una pregunta del público sobre cómo se veía a sí mismo después de casi tres décadas de haber filmado Poetas contra Gutemberg, el cortometraje con el que inició la cita. No me mejoro del entusiasmo inicial de cuando hice esta película, confesó, pues me encanta ir al encuentro con la incertidumbre.
En la obra, de alto valor documental —y hasta medio profética, como opinó un contertulio— se ve a entonces muy jóvenes poetas penquistas (hoy consagradas figuras) declamando sus versos en un ambiente bohemio y de mucho simbolismo, como si toda la vida girara en torno a la creación literaria o se pudiese impulsar a golpe de metáforas.
El espacio fue propicio además para que Mahnke adelantara algo del proyecto en que actualmente labora: un filme dedicado al MIR que se titulará: Asalto al cielo.
MIGRAR, MATERNAR, ESCRIBIR
Me ha costado trabajo estar conforme con la voz poética que busco: uno siempre está preguntándose por la forma, meditó la investigadora Adianys González, madre de dos niñas, para quien maternar implica un desprendimiento muy grande de una misma.
Uno de los ejes del proyecto poético en el que se enfoca González, además de sus estudios académicos, es la migración. Esta es percibida por ella como sentir a veces que estás viviendo, pero no vivo; o con una existencia prestada. Pues si bien las experiencias del viaje y los nuevos entornos resultan harto estimulantes, en cada instante sobreviene la sensación de que falta algo, dijo; máxime si se es madre.
La estudiante de doctorado anunció que proyecta un poemario intermedial, en el que confluirán fotografías y otros archivos de mamás migrantes. El dar a luz implica de por sí un desplazamiento mental y corporal de significativas proporciones, razonó. Eso, unido a la experiencia del desarraigo y nuevo enraizamiento, es un tema que le interesa explorar y exponer, aunque aún cuenta con muchas más preguntas que respuestas.
Un extenso e intenso poema dedicado a su padre fue el colofón de las palabras de la escritora cubana, justo antes de que la voz del grupo “Los Prisioneros”, en video dirigido por Mahnke, llenara el espacio a modo de despedida: “Concepción/ octava región/ mi solución/ comienza en Concepción”. (Texto: J.A.L. // Fotos: Mairyn Arteaga, Claudia de la Cruz y J.A.L.)